LAS CHICAS SUPERPODEROSAS | El bloque de mujeres maristas se resquebraja entre el poder y la guerra de egos
Las otrora inseparables Anahí González, Yensunni Martínez y Mary Hernández están alejadas entre sí.
Las dos alcaldesas tomaron distancia definitiva de la diputada federal.
Y Johana Acosta es una discusión constante entre Mary y Yensunni.
Las desavenencias también llegan al interior del partido y alcanzan a David Hernández, Juanita Alonso y Jorge Sanen.
Un llamado de atención a Mara Lezama para ordenar el marismo antes del inicio del proceso electoral.
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(La Opinión)
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El otrora inseparable grupo de mujeres maristas, uno de los bloques más cercanos a la gobernadora Mara Lezama, que concentró poder y gestión política, se ha separado quizá de manera definitiva.
Se trata del bloque que conformaron las alcaldesas Yensunni Martínez, de Othon P. Blanco; Mary Hernández, de Felipe Carrillo Puerto; su pareja, la presidenta de MORENA, Johana Acosta, y la diputada federal Anahí González.
El grupo había alcanzado una concentración de poder enorme al inicio del marismo. En 2021 todas juntas ganaron sus ayuntamientos y la diputación federal, y poco después Mara les dio el partido.
Se las apodó, en ese momento, “las chicas superpoderosas”, justamente por el nivel de participación que lograron en el marismo incipiente.
Pero ahora la situación entre ellas se ha tensado por luchas de poder y también por los naturales egos que se generan en esas circunstancias.
El primer rompimiento, quizá el más fuerte e irreparable, es el de las alcaldesas con Anahí. La diputada mal entendió el papel que se le dio en su momento como coordinadora del equipo de trabajo de Claudia Sheinbaum en Quintana Roo (espacio, como se ha dicho en La Opinión, que ya le quitaron) y quiso imponer criterios desde una supuesta posición de liderazgo.
Las alcaldesas no vieron con buenos ojos esa situación, y la relación primero se tensó, y finalmente se rompió. En un momento, hasta se hablo de «falta de respeto» de Anahí a la investidura de las alcaldesas.
En este momento es tan grande la distancia, que sólo podría repararse por alguna gestión personal de Mara.
Pero la relación entre Yensunni y Mary tampoco es buena en este momento. La alcaldesa de Othón P. Blanco cree que Mary avanza demasiado en su propia construcción de poder a través de la presidencia del partido con su pareja Johana Acosta, a quien ve trabajando para alguna candidatura.
Y Mary dice que Yensunni también tiene una parte del partido trabajando con ella, por medio su hermano, y esposo de Yensunni, David Hernández, secretario de Organización de MORENA. Por lo cual no entiende cuál es el problema. Un tema espinoso, sin embargo, es que las dos tienen ambiciosos planes políticos que pudieran chocar en algún punto.
En este caso, si bien la situación al día de hoy no es buena, quienes las conocen dicen que ambas alcaldesas van a terminar acercándose, y que sus peleas tienen mas que ver con sus temperamentos que con cuestiones de fondo. Al fin, son familiares.
Más allá de todo, lo mejor para ellas sería que al final se unan nuevamente, porque al interior de MORENA ya hay muchas voces que se quejan de un manejo faccioso del partido, y van a ir contra las dos.
Pero las desavenencias no terminan allí y también alcanzan a la alcaldesa de Cozumel, Juanita Alonso, que a pesar de tener a su esposo, Eduardo Basurto, como secretario general de MORENA, siente que el partido no la protege lo suficiente ante el avance del Verde en Cozumel.
Y hasta ya apareció un conflicto del presidente del Consejo Estatal de MORENA, Jorge Sanen (otro del primer círculo del marismo) con la diputada Anahí González. Con Anahí el problema siempre es el mismo: el intento de ejercicio de un liderazgo que no tiene y que no se puede delegar a través de selfies o cargos ya inexistentes. Otra añeja relación que se rompe.
La situación interna de MORENA y del marismo aparece entonces como un llamado de atención a Mara Lezama para ordenar a su equipo político antes del inicio del proceso electoral.
Algo de eso intentó días atrás, cuando la propia gobernadora juntó al Consejo Político de MORENA con Johana Acosta. Pero al final escuchó muchas mas quejas que soluciones.
Y aunque nadie lo dijo en voz alta, las quejas contra Mara también crecen.
“Aquí se progresa sólo en base a la consanguinidad”, dijo alguien del equipo, en relación a que los parientes o los muy cercanos a la gobernadora son los únicos que tienen espacios verdaderos de poder.
Todo ese cuadro de situación nos deja una conclusión: Una luz amarilla se ha encendido en el grupo hegemónico de poder local.
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